Cómo superar la desesperación según Kierkegaard.
PEP PREGUNTA
En Kierkegaard, ¿Cómo superar la desesperación de no querer ser uno mismo y la desesperación de querer ser sobretodo uno mismo?
CHAT GPT RESPONDE
En la obra de Kierkegaard, particularmente en La enfermedad mortal, la desesperación surge como resultado de la tensión entre dos formas de desesperación: no querer ser uno mismo y querer ser únicamente uno mismo.
1. La desesperación de no querer ser uno mismo: Esta forma de desesperación ocurre cuando el individuo rechaza su verdadera naturaleza o evita enfrentarse a quién es realmente. Esto implica huir de la responsabilidad de ser un "sí mismo" y esconderse en la inautenticidad.
2. La desesperación de querer ser uno mismo por encima de todo: Aquí la persona pretende ser completamente autosuficiente y se encierra en una autocomprensión absoluta, sin reconocer su dependencia de algo mayor que él mismo (Dios, en la interpretación cristiana de Kierkegaard).
La superación de ambas formas de desesperación, según Kierkegaard, se logra a través de la relación con Dios. Solo al aceptar la dependencia radical en lo divino se puede reconciliar esta tensión. En este sentido, la verdadera libertad y autenticidad surgen cuando el individuo se encuentra consigo mismo a través de la fe, reconociendo tanto su propia finitud como su dependencia de lo infinito. Es decir, uno debe aceptar ser uno mismo en relación con Dios, superando tanto la autonegación como la autosuficiencia.
PEP PREGUNTA
¿Rezar el padrenuestro puede ser, acaso, un buen remedio para la desesperación?
CHAT GPT RESPONDE
Para Kierkegaard, la relación con Dios es fundamental para superar la desesperación, y la oración es un medio clave para cultivar esta relación. En este sentido, el Padrenuestro puede ser visto como un "remedio" efectivo para la desesperación, ya que contiene elementos esenciales que Kierkegaard valoraría en el camino hacia la reconciliación del yo con Dios.
1. Reconocimiento de la dependencia: En el Padrenuestro, la oración comienza con “Padre nuestro que estás en el cielo”, lo cual implica un reconocimiento de nuestra relación con lo divino y nuestra dependencia de Dios, lo que contrarresta la desesperación de querer ser completamente autosuficientes.
2. Aceptación de la voluntad de Dios: “Hágase tu voluntad” invita a aceptar que nuestras vidas y nuestro ser se deben poner en manos de Dios, lo que se opone a la desesperación de querer controlar todo, es decir, a la desesperación de querer ser uno mismo en exceso.
3. Peticiones de sustento y perdón: Al pedir “el pan nuestro de cada día” y “perdona nuestras ofensas”, reconocemos nuestras necesidades y nuestras imperfecciones, desafiando la desesperación que surge al negarnos a aceptar quiénes somos realmente, con nuestras debilidades y dependencias.
4. Relación con los demás: “Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” sugiere que no solo dependemos de Dios, sino también de los demás, lo que contrarresta el aislamiento que suele acompañar la desesperación.
Así, para Kierkegaard, una oración como el Padrenuestro puede servir como una vía para encontrar paz y superación de la desesperación, pues ayuda a alinear el ser con su relación adecuada a Dios y a los demás.
En Kierkegaard, ¿Cómo superar la desesperación de no querer ser uno mismo y la desesperación de querer ser sobretodo uno mismo?
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En la obra de Kierkegaard, particularmente en La enfermedad mortal, la desesperación surge como resultado de la tensión entre dos formas de desesperación: no querer ser uno mismo y querer ser únicamente uno mismo.
1. La desesperación de no querer ser uno mismo: Esta forma de desesperación ocurre cuando el individuo rechaza su verdadera naturaleza o evita enfrentarse a quién es realmente. Esto implica huir de la responsabilidad de ser un "sí mismo" y esconderse en la inautenticidad.
2. La desesperación de querer ser uno mismo por encima de todo: Aquí la persona pretende ser completamente autosuficiente y se encierra en una autocomprensión absoluta, sin reconocer su dependencia de algo mayor que él mismo (Dios, en la interpretación cristiana de Kierkegaard).
La superación de ambas formas de desesperación, según Kierkegaard, se logra a través de la relación con Dios. Solo al aceptar la dependencia radical en lo divino se puede reconciliar esta tensión. En este sentido, la verdadera libertad y autenticidad surgen cuando el individuo se encuentra consigo mismo a través de la fe, reconociendo tanto su propia finitud como su dependencia de lo infinito. Es decir, uno debe aceptar ser uno mismo en relación con Dios, superando tanto la autonegación como la autosuficiencia.
PEP PREGUNTA
¿Rezar el padrenuestro puede ser, acaso, un buen remedio para la desesperación?
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Para Kierkegaard, la relación con Dios es fundamental para superar la desesperación, y la oración es un medio clave para cultivar esta relación. En este sentido, el Padrenuestro puede ser visto como un "remedio" efectivo para la desesperación, ya que contiene elementos esenciales que Kierkegaard valoraría en el camino hacia la reconciliación del yo con Dios.
1. Reconocimiento de la dependencia: En el Padrenuestro, la oración comienza con “Padre nuestro que estás en el cielo”, lo cual implica un reconocimiento de nuestra relación con lo divino y nuestra dependencia de Dios, lo que contrarresta la desesperación de querer ser completamente autosuficientes.
2. Aceptación de la voluntad de Dios: “Hágase tu voluntad” invita a aceptar que nuestras vidas y nuestro ser se deben poner en manos de Dios, lo que se opone a la desesperación de querer controlar todo, es decir, a la desesperación de querer ser uno mismo en exceso.
3. Peticiones de sustento y perdón: Al pedir “el pan nuestro de cada día” y “perdona nuestras ofensas”, reconocemos nuestras necesidades y nuestras imperfecciones, desafiando la desesperación que surge al negarnos a aceptar quiénes somos realmente, con nuestras debilidades y dependencias.
4. Relación con los demás: “Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” sugiere que no solo dependemos de Dios, sino también de los demás, lo que contrarresta el aislamiento que suele acompañar la desesperación.
Así, para Kierkegaard, una oración como el Padrenuestro puede servir como una vía para encontrar paz y superación de la desesperación, pues ayuda a alinear el ser con su relación adecuada a Dios y a los demás.
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