Espacio en Heidegger.

El Dasein ocupa espacio en el sentido de que toma posesión de él. De ningún modo está solamente presente en el trozo de espacio que ocupa su cuerpo. Existiendo, ya ha dispuesto y ordenado siempre un espacio donde moverse. Cada vez determina su sitio propio volviendo desde el espacio ordenado hacia el "lugar" que ha reservado para sí. Para decir que el Dasein está-ahí en un punto en el espacio, tendríamos que empezar por concebirla de un modo ontológicamente inadecuado. La diferencia entre la espacialidad de una cosa extensa y la del Dasein no consiste tampoco en el hecho de que el Dasein tenga conocimiento del espacio; porque la toma de posesión del espacio no se identifica con una "representación" de lo espacial, sino que, por el contrario, esta última presupone a aquélla. SER Y TIEMPO. Martin Heidegger. La espacialidad del Dasein tampoco se debe interpretar como una imperfección inherente a la existencia en virtud de la fatal conexión del espíritu con un cuerpo. Por el contrario, el Dasein puede tener una espacialidad esencialmente imposible para una cosa extensa por el hecho de que es "espiritual", y sólo por ello. SER Y TIEMPO. Martin Heidegger. Dejar que el ente intramundano comparezca, lo que es constitutivo del estar-en-el-mundo, es un "abrir espacio" [YRaumgebenZ]. Este "abrir espacio", que también llamamos ordenación espaciante [Einräumen] es dejar en libertad lo a la mano mirando a su espacialidad. Esta ordenación espaciante, en cuanto previa donación descubridora de una posible totalidad de lugares propios respeccionalmente determinada, posibilita la correspondiente orientación fáctica. El Dasein, en cuanto ocupación circunspectiva con el mundo, sólo puede cambiar una cosa de lugar, quitarla de ahí, "ordenar cosas en el espacio", porque a su estar-en-el-mundo le pertenece el ordenar espaciante, entendido como existencial. Pero, ni la zona previamente descubierta, ni, en general, la correspondiente espacialidad, están expresamente ante la mirada. La espacialidad está presente en sí para la circunspección en la no-llamatividad de lo a la mano, en cuya ocupación la circunspección se absorbe. Con el estar-en-el-mundo, el espacio queda descubierto primeramente en esta forma de espacialidad. Sobre la base de la espacialidad así descubierta se hace accesible al conocimiento el espacio mismo. El espacio no está en el sujeto, ni el mundo está en el espacio. El espacio está, más bien, "en" el mundo, en la medida en que el estar-en-el-mundo, constitutivo del Dasein, ha abierto el espacio. El espacio no se encuentra en el sujeto, ni el sujeto considera el mundo "como si" éste estuviera dentro de un espacio, sino que el "sujeto", ontológicamente bien entendido, es decir, el Dasein, es espacial en un sentido originario. Y porque el Dasein es espacial en la forma descrita, el espacio se presenta como apriori. Este término no indica algo así como una previa pertenencia a un sujeto primeramente sin mundo, que proyectaría desde sí un espacio. Aprioridad quiere decir aquí: prioridad del comparecer del espacio (en tanto que zona) en el correspondiente comparecer de lo a la mano en el mundo circundante. SER Y TIEMPO. Martin Heidegger.

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

Dios según Buda.

Diálogo con CHAT GPT, desde Heidegger al funcionamiento de Chat gpt.

Glosa feta a un psiquiatre.